lunes, 18 de marzo de 2013

EL AFORTUNADO NAUTA


Azarose  este velero,
en bienhallar las estampas,
que otrora marcaron pecho,
dejando surcos a fuego,
trillando era cautiva,
de sentimientos buenos,
sobre zanjas que silentes,
regábanse  con las fuentes,
del amor y del aprecio.

Y he que trabó buen puerto,
este esquife de nostalgia,
que en ilusión y constancia,
supo hacerse a mar abierto,
vacilándole a esas olas,
que desquiciadas y rotas,
fustigaban a su cuerpo.

Tuvo a suerte el buen marino,
por el andar del camino,
sobre los mares eternos,
toparse, entre ese infierno,
con quien cambió su destino,
indescifrable y opuesto,
esquivo a los sentimientos,
implacable  y manifiesto,
paciente trenzando castigo.

Hoy en cubierta el nauta,
otea hacia el horizonte,
colmándose sus entrañas,
de brisa en melancolía,
que fuerte sopla del norte,
regalándole caricias,
a su alma castigada,
afortunada en la vida,
que conoció la alegría,
hallando luz en la noche,
cuando se hallaba perdida.

A Pilar

Costampla
18-03-2013




2 comentarios:

  1. ¡Qué precioso poema! "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..." aunque aquel poeta no tuvo la suerte de este que llegó a conocer la alegría.
    Cariñoso saludo

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  2. Afortunada en la vida, que conoció la alegría... bellas letras, dulces serenas y llenas de paz y nobles sentimientos nos regalas José Carlos, un fuerte abrazo lleno de cariño

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